Las instalaciones fotovoltaicas se han impulsado en los hogares españoles durante el último año. Los beneficios del autoconsumo son evidentes, tanto desde el punto de vista económico como de la sostenibilidad, y por ello cada vez más ciudadanos optan por esta medida. Los datos evidencian esta tendencia, pues en 2022 se multiplicó por dos el número de este tipo de actuaciones a nivel doméstico hasta llegar a las 200.000. El público encuentra así una fórmula para gastar menos recursos energéticos y una inversión muy óptima, ya que la rentabilidad de las placas solares se alcanza a partir de los seis años desde la instalación. A la recuperación del gasto inicial hay que sumar la revalorización de la vivienda, de cara a una posible venta futura o para el alquiler.
El coste de una instalación fotovoltaica en un hogar depende diferentes factores como la estructura arquitectónica, los metros cuadrados o la orientación. Cada usuario, además, tiene unas necesidades; si bien se puede calcular un coste medio en España de unos 4.500 euros por instalación. A esta inversión habría que restar las subvenciones aportadas por las diferentes Administraciones, que supone una importante reducción del coste inicial.
La rentabilidad de la operación se encuentra rápido, ya que el ahorro en energía a partir de este momento es muy notable y ello se traduce en una notable reducción en la factura mensual de la luz. La mayoría de familias que han realizado una instalación fotovoltaica en su hogar reducen el gasto en energía en más de un cincuenta por ciento. Este porcentaje aumenta hasta el 80% en los casos de las casas que han instalado una batería, la cual permite consumir energía procedente del autoconsumo también durante las horas nocturnas.
Un aumento del 4% en el precio
En un escenario de subida de los recursos energéticos, que ha llegado a récords históricos en el coste de la luz en España, la incorporación de paneles fotovoltaicos aporta importantes beneficios a una vivienda. Esto, por lo tanto, se traduce en un aumento del valor de la misma, ya que quien vive en ella gasta mucho menos dinero en energía, en comparación con otras viviendas. De hecho, según Otovo, la revalorización de una casa con placas solares es una realidad y se calcula a partir de un aumento del 4,1% en su precio de mercado. De esta manera, una casa valorada en 200.000 euros pasaría a tener un coste superior a los 208.000, por lo que el propietario obtendría un beneficio extra si decide vender la vivienda.
En la revalorización de una vivienda con un sistema de obtención de energía por medio de placas solares no solo influye el factor de la reducción de la tarifa de la luz. El componente sostenible juega aquí un papel muy importante, ya que cada vez más ciudadanos valoran que sus acciones diarias se rijan por un respeto hacia el medio ambiente. El concepto está cambiando y tener una vivienda con un sistema de autoconsumo genera una satisfacción personal que supera, incluso, a la cuestión económica.